TEHERÁN, Irán(Agencias)
Medine Memi, de 16 años, había estado 40 días desaparecida. Pero ayer la Policía de Adiyaman, un pueblo al sudeste de Turquía, dio con el cuerpo de la menor. Estaba en posición fetal, maniatado y enterrado dos metros bajo tierra, en un corral de gallinas.
La autopsia, realizada por el Instituto de Medicina de Malatya, no encontró en los restos heridas, ni veneno o droga en sangre, sino los pulmones llenos de tierra. Fue enterrada viva y con plena conciencia, concluyó, según publicó ElMundo.es.
Por el asesinato fueron detenidos el padre y el abuelo de Medine. El progenitor de la menor reconoció que "toda la familia era infeliz porque la niña salía con chicos". Así justificó el homicidio, al que encuadró en lo que en ese país se entiende como "crimen de honor".
Los "crímenes del honor" son prácticas comunes en Turquía, sobre todo entre los pueblos kurdos del sudeste, donde aún castigan a las mujeres por hablar con desconocidos y ofrecen a las menores en matrimonio a cambio de dinero.
Oficialmente, estos asesinatos se cobran 300 víctimas por año. No obstante, las encuestas aseguran que mantienen la popularidad en esa zona del país. En 2004, la Unión Europea presionó al gobierno turco a quitar de su Código Penal un artículo que veía los "crímenes de honor" como atenuantes de condena.
Mientras que muchas mujeres optan por escapar a sus destinos o, en última instancia, llegan al suicidio, los reos condenados por este tipo de delitos no muestran arrepentimiento, como tampoco lo hacen sus familias.
Turquía se encuentra en el puesto 101 de 109 países del ránking de la ONU sobre el rol de la mujer en la sociedad.
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